El valor del trabajo en equipo

Si buscamos la definición en Wikipedia, el trabajo en equipo es la labor realizada por varios individuos donde cada uno se encarga de una parte, pero donde todos comparten unLeer Más

El valor del trabajo en equipo

Si buscamos la definición en Wikipedia, el trabajo en equipo es la labor realizada por varios individuos donde cada uno se encarga de una parte, pero donde todos comparten un mismo objetivo. La definición está clara, pero, ¿qué valor tiene para una empresa el trabajo en equipo?

En primer lugar, trabajar mano a mano con un grupo de personas de diferentes perfiles permite descubrir las habilidades de cada uno, así como la mejor manera de aplicarlas al día a día laboral. Pero además, trabajar en equipo es un buen camino para forjar la confianza en el grupo, porque hace que sepamos en todo momento cuál es la tarea que nuestro compañero hará mejor y más cómodo, y de esa forma optimizaremos esfuerzos.

Al final, en un equipo de trabajo todos tenemos las mismas metas, aunque cada uno cumpla una función, el objetivo es el mismo, por lo que la mejor forma de conseguirlo es aportando lo mejor de cada uno, dando tu mejor versión y poniendo a disposición de los compañeros tus mejores cualidades.
Que un grupo de personas trabaje unida supone también un aumento de la creatividad, individual y colectiva. Los brainstormings evitan puntos de vista egocéntricos y facilitan la objetividad. Además de las habilidades de cada uno, los puntos de vista también son parte muy importante a la hora de gestionar la comunicación de un cliente.

Pero más allá de la lógica de que cada uno trabaje en lo que mejor se le da, es básico tener un equipo con el que sabes que puedes contar si tienes algún problema, si no es tu día o si hay algo que se atraganta y necesitas un punto de vista externo.

A veces, al PR más experto de la empresa se le complican los números cuando hace su reporte mensual, y es el experto en redes sociales el que le echa un cable porque es un crack con los porcentajes. En otras ocasiones es el responsable de contenidos el que no tiene su mejor día y probablemente sea el compañero de al lado el que le de pistas sobre cómo empezar esa nota o tribuna.

Aunque la rutina de trabajo a veces es complicada y cada uno tiene sus propias responsabilidades todo resulta mucho más fácil cuando tienes un equipo que sabes que estará ahí, para ayudarte a convocar o para aguantarte el rollo si tienes un problema personal 

Del Tam Tam al Smartphone

La tecnología ha afectado a todas las facetas de nuestra vida, y uno de los campos que más ha notado su repercusión es sin duda la comunicación. Tampoco pretendemos remontarnosLeer Más

Del Tam Tam al Smartphone

La tecnología ha afectado a todas las facetas de nuestra vida, y uno de los campos que más ha notado su repercusión es sin duda la comunicación. Tampoco pretendemos remontarnos a las pinturas rupestres y a las palomas mensajeras, pero si es curioso ver en el transcurso del tiempo como ha cambiado la forma de comunicarnos y que nos ha aportado cada avance.

Uno de los primeros sistemas de los que se tiene conciencia son los tambores, que aún se emplean en muchas tribus primitivas. Estas señales tan convencionales conseguían trasmitir en pocas horas una noticia a más de 200km de distancia. Una variante mucho más visual fue la telegrafía óptica. Este método utilizaba antorchas encendidas en lugares visibles y mediante el fuego se hacían indicaciones universales, en muchos casos se intentaba reproducir el alfabeto.

Pero la comunicación seguía siendo muy convencional hasta la llegada del correo. Fue el Imperio romano el primero en utilizar un sistema de correos similar al actual, pero con una gran diferencia, el medio utilizado. En aquella época los mensajeros llegaban a recorrer hasta 400 km a caballo. Esa era la velocidad media a la que viajaban las noticias.

Un gran avance en la comunicación fue sin duda el telégrafo, el primer acercamiento a este invento fue el código Morse, ya en el siglo XIX, que permitía reproducir hasta 25 palabras por minuto. Y en el año 1844 fue inaugurada la primera línea telegráfica del mundo, puesta en marcha entre Washington y Baltimore. Una línea experimental de 60 km por el que circulaban la información de manera directa.

Sin embargo, el mar seguía suponiendo una barrera importante para toda comunicación. Esa era la frontera que el telégrafo no alcanzaba a cruzar. Hasta que se colocó el primer cable telegráfico submarino, entre Francia en Inglaterra. Poco tiempo después se hizo la gran prueba entre Gran Bretaña y América, y consiguieron reducir en 10 días el tiempo de comunicación entre los dos continentes.
El siguiente salto evolutivo y de confianza en la comunicación lo dio Alejandro Graham Bell con el teléfono en 1876. Esta herramienta supuso un gran salto en este campo, ya que gracias a la voz se podían entender mucho mejor el tono, el timbre y las inflexiones del mensaje.

Este invento dio que pensar, si se puede trasmitir mensajes hablados, ¿por qué no conseguir un medio que trasmita los mensajes por voz? Y esta fue la apuesta de Guillermo Marconi, retrasmitir por medio de ondas hertzianas. Así se daba comienzo al siglo XX, retrasmitiendo noticias a 300.000 km de distancia y casi a tiempo real, gracias a la radiodifusión.

Pocos años después llegó la televisión. En 1926 se trasmiten las primeras imágenes televisadas, y apenas 20 años más tarde, Baird consigue reproducir las primeras imágenes a color. De forma casi simultánea a la radio surge la primera máquina de escribir. Una herramienta que se podría concebir como el antecesor del ordenador.

Sin embargo, en los últimos 20 años, hemos visto como Internet ha vuelto a revolucionar el sector de la comunicación. Primero los ordenadores, más tarde los primeros teléfonos móviles, Internet, Smartphones… ¿Cuál será el próximo gran avance en la comunicación? Se admiten apuestas.

La realidad también puede ser aumentada

En los últimos años hemos empezado a escuchar nuevos términos tecnológicos que hace una década no se oían de manera generalizada. Solo los más expertos en la materia conocían deLeer Más

La realidad también puede ser aumentada

En los últimos años hemos empezado a escuchar nuevos términos tecnológicos que hace una década no se oían de manera generalizada. Solo los más expertos en la materia conocían de su existencia. Ahora, es muy común ver cómo nos invaden y rodean palabras que hace unos años nos parecían futuristas y de películas de ciencia ficción. Dron, vehículo autónomo, biohacking, cíborg, inteligencia artificial, cloud computing, Big Data, realidad aumentada… Realidad sí, pero ¿aumentada? ¿Qué es exactamente?
La realidad aumentada, RA (Augmented Reality, AR, en inglés) es el termino que se usa para definir una visión a través de un dispositivo tecnológico, directa o indirecta, del mundo real, cuyos elementos se combinan con elementos virtuales para la creación de una realidad mixta en tiempo real. En palabras más sencillas, la realidad aumentada es el contenido virtual que vemos delante de nosotros y en el que se añaden objetos tridimensionales delante y se mezclan con la realidad, a través de una pantalla.

La primera vez que se habló de este término fue en 1992. A partir de esa fecha, esta nueva tecnología se ha desarrollado llegando a ordenadores, smartphones, gafas y visores. Pero también a los videojuegos. Es el caso de Pokémon Go que, tras conquistar a una generación entera en los noventa, se ha vuelto a convertir un fenómeno de masas capaz de congregar a miles de personas en busca y captura de criaturas con distintos poderes. Y todo ello gracias a la realidad aumentada.

También otros sectores como el de la sanidad, la educación o la arquitectura ya han comenzado a incorporar esta nueva tecnología. Pero, dejando ejemplos aparte, ¿cómo podría la realidad aumentada ayudarnos en la estrategia de comunicación? La utilización de esta herramienta facilitaría a los departamentos de comunicación y relaciones públicas generar una mayor participación e interacción con el público objetivo de las marcas, además de una mayor cobertura a favor de sus clientes.

Por ejemplo, con la realidad aumentada un periodista podría conocer el lanzamiento de un nuevo dispositivo móvil, haciéndole vivir una experiencia de producto, que conozca el contenido o una memoria corporativa de manera original y dinámica, o que en las ruedas de prensa se pueda obtener información más detallada en tiempo real.

¿Os imagináis todo esto? La tecnología avanza a pasos agigantados. Nos encontramos ante una realidad en la que la misma realidad ya no pertenece únicamente al plano físico, también puede ser aumentada.

Por un Internet sin clickbait

Los profesionales de la comunicación conocemos la importancia de un buen titular para atraer lecturas o visitas a nuestros contenidos. En la sociedad de la información surgen miles de noticiasLeer Más

Por un Internet sin clickbait

Los profesionales de la comunicación conocemos la importancia de un buen titular para atraer lecturas o visitas a nuestros contenidos. En la sociedad de la información surgen miles de noticias cada minuto, y necesitamos llamar la atención con una frase atractiva que consiga que el consumidor lea nuestro artículo o vea nuestro vídeo.

Sin embargo, son cada vez más comunes los titulares atractivos que esconden contenidos de muy baja calidad, que carecen de interés para el internauta pero que generan beneficios a sus autores gracias a la publicidad web. Algunos artículos, por llamarlos de alguna manera, están incluso divididos en varias páginas para que los ingresos sean mayores. Hablo de páginas con títulos como “No podrás imaginar a qué famoso deportista han encontrado en Benidorm”, “Los doce secretos de belleza que las marcas de cosméticos no quieren que conozcas. ¡Fliparás con el número 8!” o “La nueva y estrambótica afición de Belén Esteban. ¡Increíble!”

Los contenidos clickbait (que es el nombre que se ha dado a esta tendencia en internet) son especialmente numerosos en redes sociales, y suelen estar acompañados de una foto, que en ocasiones puede estar pixelada o recortada para generar aún más curiosidad. Sin embargo, medios de comunicación tanto nacionales como internacionales se han subido al carro de los titulares con historias vacías detrás.

Este tipo de artículos apelan al morbo de los lectores, y aluden a la famosa cita de William Hearst que decía que “no dejes que la realidad te estropee un buen titular”. Sin embargo, esta tendencia es cada vez más conocida, y ha pasado de generar curiosidad a provocar rechazo. Por esta razón, animamos a los bloggers, periodistas y demás creadores a abandonar esta fea costumbre, y a los lectores a no hacer click en los hipervínculos que tienen pinta de ser clickbait. Si las páginas con titulares engañosos dejan de recibir visitas tendrán que buscar nuevas estrategias. ¿Nuestro consejo? Apostar por los contenidos de calidad.