-Riiiinnnngggg, riiiinnnngggg
-Hola abuela, ¿qué tal todo? (contesto en voz baja)
– Nada, hija, todo bien… te llamaba para ver cómo estás. ¿Te pillo bien?
– Abuela, me pillas ocupada. Es que estoy en la TV con X, que van a hacernos una entrevista (digo hacernos, porque sientes la entrevista como tuya. La emoción del momento televisivo se transmite vía telefónica con gran intensidad).
– ¡Qué bien hija! Si es que eres la mejor, ¡¡¡qué orgullosa estoy de ti!!! Al final estudiar periodismo no ha sido tan mala opción (para mi abuela no triunfas, no eres nadie, si no sales en la tele).
– Bueno abuela, no exageres…
– Voy a llamar a todas mis amigas para presumir de nieta. ¿A qué hora sales y en qué canal?
– Que no abuela, que no salgo yo. Sale mi cliente, en los informativos del mediodía.
– Ahhhhhhh, bueno. ¿Y tú no dices nada? ¿No te sacan?
La pregunta del millón. Pues no, siento la decepción, pero nosotr@s no salimos en TV, ni en radio, ni en periódicos… solo en internet gracias a este humilde blog. No nos gusta el protagonismo J
Esto es sólo un ejemplo, pero así es la vida del PR. Decepcionando a tu abuela día a día, cuando tú estás más contenta que unas “castañuelas” porque tu cliente ha logrado salir en los informativos de más audiencia de una TV nacional. Con lo que eso cuesta…